Promover prácticas responsables de manejo y conservación de la flora y fauna en zonas de actividad minera, con el fin de mitigar los impactos ambientales, preservar la biodiversidad y garantizar el equilibrio ecológico en los ecosistemas intervenidos.
Acciones cotidianas para conservar la fauna y flora cerca de zonas mineras
No arrojar basura en áreas naturales
Evita contaminar ríos, bosques o caminos con residuos.
Participa en jornadas de limpieza comunitaria.
Respetar la vida silvestre
No cazar, capturar ni molestar animales silvestres.
No cortar plantas nativas sin necesidad.
Usar menos plástico y reciclar
Lleva tu botella reutilizable y bolsas de tela.
Separa residuos en casa y en el trabajo.
Denunciar actividades ilegales
Si ves tala, quema o caza ilegal, informa a las autoridades ambientales.
Participar en programas de reforestación
Únete a iniciativas locales para sembrar árboles nativos.
Cuida las plantas sembradas hasta que crezcan.
Evitar el uso de químicos tóxicos
Usa productos de limpieza y jardinería amigables con el ambiente.
No viertas aceites ni químicos en el suelo o desagües.
Educar y compartir el conocimiento
Habla con tu familia y vecinos sobre la importancia de conservar la biodiversidad.
Apoya proyectos escolares o comunitarios relacionados con el medio ambiente.
Respetar las señales y zonas protegidas
No ingresar a áreas restringidas o de conservación.
Sigue las normas ambientales en tu lugar de trabajo.
La flora y fauna son componentes esenciales de los ecosistemas, ya que mantienen el equilibrio ecológico, regulan el clima, purifican el aire y el agua, y proporcionan recursos vitales como alimentos, medicinas y materiales. Además, tienen un valor cultural, espiritual y estético para muchas comunidades alrededor del mundo.
Ecológica: Las plantas producen oxígeno y capturan dióxido de carbono, mientras que los animales polinizan, dispersan semillas y controlan plagas.
Económica: Muchas especies son base de actividades como la agricultura, pesca, turismo y farmacología.
Cultural y científica: Son fuente de conocimiento, inspiración y patrimonio para las generaciones presentes y futuras.
El manejo sostenible de la flora y fauna implica:
Monitoreo de especies: Para conocer su estado de conservación.
Planes de manejo: Que regulen el uso de recursos naturales sin comprometer su regeneración.
Educación ambiental: Para fomentar la participación ciudadana y el respeto por la biodiversidad.
La conservación busca proteger la biodiversidad mediante:
Áreas protegidas: Como parques nacionales y reservas naturales.
Restauración ecológica: Rehabilitación de hábitats degradados.
Leyes y políticas ambientales: Que regulen la caza, tala y comercio ilegal de especies.